Ninguno de los 25 niños y niñas integrantes de la agrupación gozaban de un conocimiento musical sólido. Pero tenían lo más importante: ganas de aprender, de trabajar en equipo y de superar los obstáculos poco a poco.
Con esa determinación lograron rescatar en un año a la Banda Musical de la Escuela Heberto Antonio Velásquez Velásquez de Huamalata, academia que estuvo dormida por casi 20 años y que ahora le pone marcialidad con alegría a las actividades de la localidad.
Los instrumentos originales estaban almacenados en el olvido, escondidos en algún rincón de la institución, acumulando polvo y telaraña. No fue sino hasta la llegada de un experimentado docente, quien había sido trasladado desde Sotaquí en junio del año pasado, cuando volvieron a sonar en las manos de los y las estudiantes.
SONANDO
Cuando el profesor Patricio Jiménez, llegó a la escuela de Huamalata, para encargarse del área de Evaluación, sabía que esa no sería su única función. En sus 45 años de carrera docente, no se ha limitado a sus funciones, sino que siempre ha dado y exigido un poco más. En Sotaquí había logrado levantar la Banda Marcial y la Banda Instrumental, y no habían razones para no creer que no pudiera replicar la experiencia como un nuevo desafío.
“Cuando llegué vi que habían unos instrumentos allí guardados. Estaban allí desde hace muchos años atrás, así que comenzamos a revisarlos, a ver cuáles estaban en buen estado y cuáles no. Yo calculo que estuvieron guardados entre 15 y 20 años, así que con ayuda logramos reparar los que estaban dañados, poco a poco, uno por uno”, explicó Jiménez.
El docente relata que uno de sus muchos exalumnos es uno de los creadores de la Batucada Río de Tambores, así que le pidió ayuda para recuperar algunas de las cajas (tambores) y que éste, gustoso, le colaboró. Con otros docentes y exalumnos pudo conseguir correas y baquetas.
Con los primeros instrumentos sonando, hicieron la convocatoria a los alumnos quienes, emocionados y sin saber bien en lo que se estaban integrando, asistieron a los primeros ensayos.
“Yo además quería sacar la banda porque esto tiene un impacto positivo en la educación de los niños, como ciudadanos, porque les eleva el autoestima, los ayuda a desarrollar habilidades, a captar intereses, a estimular la creatividad. Muchos podrán considerar que es solo algo vistoso y bonito, pero para el participante es algo súper importante que les enseña además disciplina y trabajo en equipo”, resaltó.
Actualmente la banda cuenta con cajas, clarines, liras, bombos y platillos, y en apenas dos presentaciones fuera de la escuela, se han ganado el corazón de los vecinos de la localidad.
“Ninguno de los alumnos tenía algún conocimiento musical sólido. Solo tenían las buenas intenciones, así que comenzamos desde cero, pero ha sido un recorrido muy bonito con ellos”, destacó.
Si bien en mayo se estrenaron como banda musical, este fue al interior del colegio. Así que la verdadera primera gran presentación fue el pasado viernes 13 de septiembre, cuando tuvieron la oportunidad de mostrar sus habilidades en el desfile comunal de Fiestas Patrias, en el paseo peatonal de Ovalle.
Al día siguiente, el sábado 14, participaron en la ceremonia que se organizó en Huamalata para celebrar la Primera Junta de Gobierno, en una actividad en la que participaron los colectiveros, el Club de Adultos Mayores, el Jardín Arcoiris, el equipos de ciclistas HuamaBike, y los alumnos del colegio, y donde demostraron que sí son profetas en su tierra, ya que desfilaron y tocaron frente a su comunidad.
“Cuando se presentaron frente a las autoridades municipales y frente al público de la comunidad, estaban muy emocionados. Cuando terminamos la presentación me reuní con ellos para felicitarlos porque realmente me sentí orgulloso de lo que habían hecho, de cómo se habían entregado, con la pasión con que los vi, con la marcialidad que tenían en hacerlo. Eso para mí fue súper importante y emocionante. Yo les explicaba que de alguna forma esto les va a servir para el futuro como personas, como profesionales, como papá, como mamá, porque llega un momento en el que te tienes que entregar a la disciplina”, manifestó satisfecho.
El docente valoró el apoyo de los profesores, de la directiva y sobre todo, de los apoderados, indicando que están todos muy contentos con este logro, y muy orgullosos del trabajo de los alumnos.
ENTUSIASMO
Si bien la academia es para alumnos y alumnas desde el quinto año en adelante, uno de los chicos de tercero logró colarse.
Se trata de Martín Cerda, quien es el hermano menor de Maximiliano, de quinto año, quien decidió ingresar a la banda y fue acompañado por el pequeño.
“A mí me daban ganas de tocar y tenía vergüenza, pero siempre quise entrar. Mi hermano quiso entrar en la banda y el profesor Patricio me dejó entrar. Yo siento en la banda felicidad. Es algo nuevo para mí. Yo nunca había tocado ni había ido al desfile, y ahora me gusta mucho participar en la banda”, explicó el pequeño.
Por su parte, su hermano mayor, Maximiliano, señaló que decidió entrar a la banda porque le llamó mucho la atención los instrumentos.
“Nunca tuve uno de esos, y me siento bien en la banda porque es algo que me gusta. Siempre me ha gustado y es para mí un sueño estar en una”, apuntó.
En tanto, Carla Venegas, señaló que “para mí, como mamá y apoderada, me enorgullece ver el logro de este grupo de niños, que con un ensayo a la semana, y en este último mes, dos veces por semana, lograron tener dos hermosas presentaciones y deleitar a la comunidad de Ovalle y de la localidad de Huamalata. Le dieron un gran realce al acto cívico de Fiestas Patrias”, señaló.