Trabajar asociativamente, sin lugar a dudas, representa una ventaja, sobre todo si se produce a baja escala. Bien lo saben las 46 agricultoras y agricultores beneficiados por el programa “Transferencia Tecnológica para cultivo de hortalizas hidropónicas en la Región de Coquimbo” financiado por el Gobierno Regional y ejecutado por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias, INIA Intihuasi, quienes se encuentran trabajando en la conformación de un gremio.
Y es que, tanto para la compra de insumos, como para acceder a oportunidades de inversión para la mejora del sector productivo, trabajar de manera asociativa podría representar una gran ventaja, mejorando sus oportunidades de negocio, además de permitirles a optar a fondos concursables, proyectos, asesorías o cursos de manera colectiva.
Para lograrlo, el INIA, con apoyo del Servicio de Cooperación Técnica, Sercotec, ha impartido una serie de talleres en las cuatro comunas beneficiadas, Combarbalá, Canela, Punitaqui y Monte Patria. “Les hemos explicado la forma de asociarse para emprender un negocio o bien organizarse en el sentido de tener una agrupación mayor que los una para poder trabajar de manera común y ahí vimos la figura de crear un gremio”, sostuvo Alberto Abarca, ejecutivo de fomento de Sercotec de la Región de Coquimbo, argumentando que al trabajar asociativamente los logros se pueden obtener más rápidamente ya que existe un espíritu de colaboración y de trabajo en equipo.
“Les enseñamos cuales son las ventajas, como poder organizarse, cuáles son las características y, en definitiva, ellos hoy día lo tienen en sus manos” puntualizó Abarca.
Víctor Pizarro, coordinador del programa de INIA Intihuasi, afirmó que “el tema del gremio ya está bastante avanzado”, definiendo cuatro pilares para trabajar: “A través de la personalidad jurídica, los agricultores pueden tener una voz que puede sentarse con las autoridades o presentar proyectos de inversión para adquirir tecnología o mejoras de los sistemas productivos que ya existen; con el gremio, además, podrán tener un poder de compra mayorista, abaratando costos en la compra de insumos, el tercer eje se centra en que los agricultores puedan, permanentemente, beneficiarse de capacitaciones y el último eje es que el gremio sea una entidad que permita promocionar y dar difusión de las actividades que desarrollan los agricultores de manera de poder acercar oportunidades de negocios”.
Para Rebeca Miranda, agricultora de Monte Patria, el gremio les permitirá seguir aprendiendo sobre el cultivo hidropónico, asegurando que es importante poder seguir desarrollándolo, ya que es uno de los cultivos clave para seguir con la agricultura en un escenario de escasez hídrica. “Con la hidroponía es un ahorro tremendo el que tenemos de agua, entonces para nosotros es superimportante y también es caro y si compro los insumos en forma particular me va a salir mucho más caro que si estoy en un gremio o asociada a algún tipo de grupo. Aparte de eso para poder optar a la asesoría de especialistas, ya que queremos seguir con la hidroponía”.
Leandro Castillo de Combarbalá indicó que “se ha planteado hacer un gremio para tomar más fuerza, reunir recursos y crecer, darnos a conocer más a nivel regional y si es a nivel nacional mucho mejor”.
El seremi de agricultura Christian Álvarez destacó el compromiso de las y los agricultores del programa, “la Agricultura Familiar Campesina ha pasado por grandes dificultades producto de la escasez hídrica en la región y con este tipo de programas se entrega una real alternativa de producción con un ahorro de agua significativo a más de 40 familias de zonas rezagadas, nos alegra que quienes pertenecen a este programa se consoliden en un gremio productivo y sigan aportando a la seguridad alimentaria del país”.
Es importante mencionar que el Programa Transferencia Tecnológica para Cultivos de hortalizas hidropónicas en la Región de Coquimbo, atiende a 46 beneficiarios/as de los cuales el 61% son mujeres campesinas y consideró la habilitación de sistemas hidropónicos bajo invernaderos, con seis módulos productivos en sistemas de raíz flotante; asistencia técnica y entrega de insumos de manera permanente, destacándose la metodología “aprender haciendo”.
Actualmente los beneficiarios cuentan con dos años en la producción de hortalizas hidropónicas, donde se han evaluado 12 variedades de lechuga, incorporándose, además, durante el verano, la producción de albahaca y en invierno, berro. Esto ha permitido incrementar el ingreso mensual de cada familia participante en un 100% respecto al ingreso promedio.