Expectación reina en la Segunda División frente al Consejo de Presidentes de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional a realizarse este jueves.Y es que la categoría vivirá un momento determinante frente a las nuevas bases de la competición del año 2025 luego que 7 – de un total de 14 clubes de la serie- proponen que en dicha categoría se juegue solamente con futbolistas sub 23.
De esta forma, el consejo, en el que participan solamente los clubes de la Primera División y Primera B, decidirá el futuro de la categoría ante esta iniciativa que tiene como principal detractor al Sindicato de Futbolistas Profesionales, el que busca mantener todo como está, permitiendo que de esa manera no se incremente la cesantía en el rubro.
“Cada club participante tendrá la obligación de habilitar jugadores que deberán haber nacido a partir del día 1 de enero de 2002”, es lo que propone la iniciativa.
En ese sentido, Diario El Día conversó con el vicepresidente de Provincial Ovalle, el abogado Cristian Venegas, uno de los siete clubes que firmaron las nuevas bases para disputar la competencia el próximo año.
Al respecto, el Ciclón se ve enfrentado a un segundo año en la categoría, en la que es muy poco el poder de decisión que tienen, generándose pérdidas millonarias. “Estamos avisorando el torneo de 2025 para el cual, nosotros con seis clubes más – en total 7 de la división – estamos proponiendo que las bases para el próximo torneo 2025 sea jugado por jugadores sub 23”, explica Venegas, quien subraya que sus clubes no cuentan con poder de voto en el Consejo de Presidentes, “por lo que estamos a la espera que puedan ser ratificadas esa bases que nosotros propusimos”.
Venegas justifica la medida, señalando que “nosotros apostamos al futbol joven, pues pensamos de que debe haber un cambio estructural en la Segunda División. Pensamos los siete clubes firmantes de esta declaración de que debemos tener jugadores jóvenes para poder aportar al fútbol chileno. No es casualidad de que las dos selecciones que están últimas en las eliminatorias, Chile y Perú, tengan el más alto promedio de edad en los campeonatos profesionales”.
Junto al Ciclón limarino, aprobaron la moción los elencos de Concón National, Transandino, Deportes Rengo, Provincial Osorno, Real San Joaquín y General Velásquez, mientras que solo cuatro votaron en contra.
Venegas agregó que “nosotros creemos que nuestro aporte al fútbol chileno es retomar la categoría sub 23, que la Segunda División vuelva a sus raíces históricas”.
Y aunque no hubo consenso, el dirigente limarino aseguró que se respeta la decisión de aquellos clubes que están en contra de la medida, “pero creemos que todo cambio debe comenzar dando un puntapié inicial. Sabemos que todo cambio puede costar en su implementación, pero estamos convencidos de que es el camino que debemos llevar: poder apostar por el fútbol joven, dar mayores opciones a nuestros futbolistas y poder tener recambio”.
ALTO COSTO
Para Venegas, tanto como el tema de la edad, hoy también resulta determinante el control de los gastos, pues “la categoría tiene pérdidas de entre los 5 y 7 mil millones anuales, que es lo que invierten todos los clubes y no hay ninguna ayuda económica por parte de la ANFP. Somos asociados pero no tenemos ningún equilibrio e igualdad con los demás clubes. No tenemos derecho a voto ni tampoco la posibilidad de participar en un consejo de presidentes. Pensamos que ahí también debe haber un cambio”.
Al respecto, sostiene que no es antojadizo el hecho de buscar esos cambios, pues “en esta división mientras no sea financiada, se hace más compleja para los clubes de sostenerla. Tenemos las mismas exigencias de la A y B pero no tenemos los mismos derechos, por lo cual no estamos en una condición de equidad con los demás clubes”.
Y aunque el resultado para ellos es incierto y existe resistencia del SIFUP, Venegas descarta que se vaya a producir una mayor cesantía en el fútbol, se bajen los sueldos o se incremente la informalidad, pues le darán trabajo “a la misma cantidad de futbolistas, salvo que esta vez serán más jóvenes”, reiteró.