Cuando Valentina llegó al mundo, los médicos no tenían muchas esperanzas. Nació con agenesia del cuerpo calloso, una malformación cerebral poco común. Con el tiempo, los médicos descubrieron que padecía síndrome de Aicardi y síndrome de West, ambas condiciones extremadamente raras y graves. Además, enfrenta laringomalacia, asma infantil, luxación de cadera, parálisis cerebral y quistes cerebrales, lo que la ha mantenido en constante observación y tratamientos médicos.
Valentina es descrita por su tía Konstanza Cerda como una niña risueña que le gusta jugar, enfrenta diariamente distintos desafíos debido a que “su condición la hace una bebe hipotónica, lo que significa que su musculatura es débil y le impide sentarse o moverse con facilidad. Es como de gomita”, explica Konstanza, quien junto a otros familiares se han hecho cargo de su cuidado.
Hoy en día, la pequeña está en proceso de exámenes para determinar si también padece fibrosis quística, lo que aumentaría aún más la complejidad de su tratamiento.
UN GOLPE TRAS OTRO
La familia ha pasado por momentos devastadores. Su madre, Elizabeth Durán, falleció cuando la niña tenía un par de meses “mi tía empezó con fuertes dolores de cabeza, pero en el hospital no le dieron la atención que necesitaba. Al día siguiente ya estaba en estado crítico y con muerte encefálica por una hidrocefalia que no fue detectada a tiempo”, relata Konstanza.
Como si fuera poco, el padre de Valentina, Marcelo López, sufrió un accidente que lo dejó con un 80% de discapacidad. Luego de una operación en la columna, sufrió una caída desde la camilla de la ambulancia que lo trasladaba a su hogar, lo que agravó su condición. Actualmente, no puede trabajar y ha tenido complicaciones de salud, incluyendo una reciente reacción alérgica grave a un medicamento que lo dejó en la UCI.
EL ALTO COSTO DE LA ESPERANZA
A pesar de las dificultades, la familia de Valentina ha hecho todo lo posible para brindarle los tratamientos que necesita. Sin embargo, los costos son elevados y pese a la ayuda del hospital, la familia debe costear exámenes, medicamentos y transporte esenciales para Valentina.
Por ahora, lo más urgente son los exámenes genéticos que confirman su diagnóstico y permitirían encontrar el mejor tratamiento pero “el examen genético que confirmaría su síndrome cuesta más de un millón de pesos, otro examen para la fibrosis quística vale 800 mil y un tercero está entre 900 mil y un millón”, explica Konstanza.
Además, deben costear traslados frecuentes a La Serena y Coquimbo para sus controles médicos y terapias en la Teletón “la Teletón nos ayuda con terapias, pero los traslados a La Serena y Coquimbo corren por nuestra cuenta. Como Valentina no puede viajar en bus por su condición, debenos pagar transporte privado”, añadió Konstanza.
UN LLAMADO A LA SOLIDARIDAD
A pesar de todo, Valentina sonríe y su risa ilumina la casa y su familia hace todo por ella. Para reunir los fondos necesarios la familia está organizando un bingo a beneficio para costear el examen genético y necesitan de la ayuda de la comunidad, “ya hemos hecho bingos y completadas, pero ahora necesitamos más apoyo para que Valentina pueda seguir con sus exámenes y tratamientos”, señala Konstanza.
Quienes deseen colaborar pueden hacer donaciones a la cuenta bancaria habilitada por la familia 20.308.157-k (cuenta rut) de Konstanza Cerda.
Además próximamente se realizará un bingo solidario, por el momento se encuentran reuniendo los premios. El bingo será difundido por facebook desde la cuenta de Marcelo Andrés López y sus familiares a los grupos de difusión de Ovalle de Facebook.
Valentina y su familia enfrentan una batalla difícil pero con el apoyo de la comunidad, esperan seguir dándole la mejor calidad de vida posible a esta pequeña guerrera. Cada pequeño aporte es un rayo de esperanza para esta niña que contra todo pronóstico, sigue luchando por su vida.