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Lautaro Carmona
La cifra, correspondiente al trimestre móvil febrero-abril, comienza a visibilizar los primeros efectos de la parálisis económica generada por las restricciones de la crisis sanitaria. Comercio, con una contracción del 25% de los ocupados es el rubro económico más afectado, y se proyecta que la destrucción de puestos de trabajo en los próximos meses continúe al alza.

Christian Armaza

La cifra, correspondiente al trimestre móvil febrero-abril, comienza a visibilizar los primeros efectos de la parálisis económica generada por las restricciones de la crisis sanitaria. Comercio, con una contracción del 25% de los ocupados es el rubro económico más afectado, y se proyecta que la destrucción de puestos de trabajo en los próximos meses continúe al alza.

Una nueva entrega de las cifras de desocupación a nivel nacional y regional dio cuenta este viernes, el Instituto Nacional de Estadísticas, INE, informe que viene a confirmar la profundidad de la crisis que hoy golpea a la actividad económica -y por ende, al mundo laboral – a causa de la emergencia sanitaria.

De esta forma, la tasa de desocupación en la región de Coquimbo durante el trimestre móvil febrero-abril, alcanzó el 10,6%, incrementándose en un 1,1% respecto al trimestre móvil  inmediatamente anterior, y en un 3,9% en relación a igual periodo del año pasado.

Es así como Coquimbo se ubica como la tercera región con mayor cesantía del país, sólo por detrás de las regiones de Antofagasta (11,1%) y Valparaíso (10,7%).  

Según rubro económico, la contracción de los ocupados fue influida principalmente por el comercio (-25,0%) y hogares como empleadores (-51,9%), mientras que por categoría ocupacional, las mayores incidencias negativas se registraron en  aquellos trabajadores por cuenta propia (-15,3%) y asalariados informales (-13,8%).

En los últimos doce meses además, la estimación del total de ocupados disminuyó en un 10,2%, incidida tanto por las mujeres (-12,6%) como por hombres (-8,4%), mientras que la tasa de ocupación informal se situó en un 30,6%.

Números todos ellos que eran esperables desde hace bastante tiempo dada la profundidad del parón económico de las actividades productivas afectadas por la emergencia sanitaria a raíz de la pandemia del coronavirus.

Mirada pesimista

Así lo señala al menos, el seremi del Trabajo, Matías Villalobos, quien indicó que “no sería extraño” que durante el próximo mes, la tasa de desocupación volviera a manifestar un alza importante, pues no se debe olvidar que la medición que hace el INE es de carácter trimestral, y sólo se registró datos hasta abril.

“Es decir, no está midiendo todo lo que ha sido la emergencia sanitaria. Pudiese ser que el próximo mes tuviésemos cifras aún más elevadas”, sostuvo Villalobos.

En la misma línea que el seremi, el director de la Escuela de Ciencias Empresariales de la Universidad Católica del Norte, Pablo Pinto, señaló, incluso al analizar los datos, que “hay que pensar que es muy probable que lleguemos a cifras de 15 o hasta 20 puntos de desempleo, lo que es tremendamente negativo”.

A su juicio, para tener una idea del impacto económico que muestran estos números, Pinto señala que es necesario remontarse a la crisis financiera que vivó el país en 1982-1983 para ver algo semejante, pese a que su origen es completamente distinto a la actual.

“Hay que ser bastante responsables de acuerdo a las cifras que uno puede establecer, pero evidentemente estamos en una tendencia hacia el aumento del desempleo, fundamentalmente, porque hoy, por las propias restricciones de las medidas sanitarias que se han debido tomar, no es posible realizar actividades económicas. Es un cuadro muy difícil de resolver”, asegura.

Respuesta ante la coyuntura

Por otro lado, desde el gobierno, si bien se muestran preocupados por los números que se dieron a conocer este viernes, afirman que diversas medidas que se han implementado en estas semanas para combatir el flagelo de la cesantía, han permitido que ésta no haya alcanzado cifras todavía mayores. Es ese es el caso, señala el seremi del Trabajo, de la ley de Protección al Empleo.

“Esta ley ha sido bastante eficaz, y es por eso que el gobierno tuvo en vista impulsar una ley para dar estabilidad laboral, proteger a los trabajadores y asegurarles ingreso a través del fondo de cesantía. De hecho, en el país son 555.002 trabajadores que, al día 22 de mayo, se habían acogido a la ley de protección al empleo, y aquí en la región de Coquimbo, hay 8.437 trabajadores suscritos a esta ley, que en el fondo, son 8.437 puestos de trabajo que eventualmente se podrían haber visto afectados”, sostiene Matías Villalobos.

No obstante, para el académico Pablo Pinto, un aspecto preocupante es la situación de los trabajadores informales, los que corresponden al grupo más vulnerable de todo el mercado laboral, y que en la región además, alcanzan una cifra nada despreciable: entre un 30 y 35% de la fuerza laboral, una de las más altas del país.

“Eso se debe al tipo de actividad económica que se desarrolla en la región, fundamentalmente comercio, mucha venta ambulante y muchas otras actividades que no tienen contrato”, sostiene.

Y si bien, según este último boletín del INE, señala que la cifra de informales ha disminuido a nivel local, eso se explicaría sencillamente, “porque las personas no han podido desarrollar su trabajo. Una buena parte que explica que el alza en el desempleo es la informalidad. Y esas son desafortunadamente las personas más vulnerables en términos de que no tienen ningún elemento como un seguro de cesantía, que podría paliar los ingresos que no tienen”.

De ahí afirma, que las transferencias directas de recursos sean muy necesarias e importantes, pues “les permite mantener un cierto nivel de ingreso aceptable al menos, durante este periodo que se ha extendido mucho mas allá de lo que muchos habían predicho”.

Habría más medidas

En efecto, dada la escalada de contagios que se ha registrado en el país durante esta semana, surge la problemática de la extensión de la emergencia, lo cual inevitablemente agravará la situación del empleo.

Al respecto, el seremi del Trabajo, Matías Villalobos, aseguró que el gobierno “no está cerrado a ninguna posibilidad (…) pues no sabemos por cuanto tiempo se puede prolongar esta emergencia sanitaria. Por lo tanto, no estamos cerrados a buscar otras alternativas que nos ayuden a limitar en parte los efectos negativos de esta emergencia sanitaria”.

Pero para la autoridad la clave para avanzar en esta senda es “apelar a la solidaridad y a la unidad”, haciendo un llamado a trabajar en conjunto.

“Gobierno, municipio, el sector privado y que la ciudadanía tome conciencia de lo que estamos viviendo, acatando las medidas de distanciamiento social y si no es estrictamente necesario salir, mejor quedarse en sus hogares”, expresó.

¿Y qué pasa con propuestas tales como poder sacar recursos de las cuentas de las AFP, como ha sido propuesto por algunos sectores políticos y ciudadanos?

Según el seremi “es un tema que no lo estamos evaluando aquí en la región, y no es un tema que me corresponda a mi referirme. Además, que hay ser bastante cuidadosos con las medidas que se puedan estar impulsando porque si bien, hoy día estamos viviendo una difícil situación, no podemos desconocer que también tenemos un problema con lo que son las pensiones (…) hay que ser bastante  responsables con las finanzas públicas también”.

Panorama complejo

Por su parte, el académico Pablo Pinto, advirtió que, si bien las medidas del ejecutivo para enfrentar este drama social han ido por la línea correcta, de todas maneras “van a ser insuficientes por la dimensión de esta crisis. Por eso, cualquier medida que se tome en ese sentido, requerirán de más medidas complementarias”.

Para el académico existen datos que indican que la recuperación económica del país “no va a ser tan rápida, va a ser por fases” lo que augura un resto del año “muy complejo”.

“Si uno toma los indicadores que el Banco Central de Chile ha señalado sobre el empleo que se ha ido perdiendo, al menos un tercio de éste es probable que no se recupere en el corto plazo. Todo va a depender de la situación sanitaria hacia agosto o septiembre que pudiera incidir en una mejora de la situación economía. Pero por ahora, esa recuperación se ve compleja”, agregó.

 

 

 

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