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Minsal (Foto Referencial)
Para que pacientes con diabetes tipo 1 puedan obtener este dispositivo, deben cumplir con ciertos criterios para la viabilidad del tratamiento y compatibilidad con la salud. El beneficio totalmente gratuito se encuentra vigente desde el año 2017.

La diabetes en Chile según el Ministerio de la Salud, durante los últimos años se ha transformado en una situación crítica de Salud Pública con una prevalencia del 10% de la población con diabetes; esto se traduce en que hoy 1 de cada 10 chilenos y chilenas padece esta enfermedad.

En el caso de los pacientes con diabetes tipo 1, según cifras oficiales, existen cerca de 18 mil personas diagnosticadas con Diabetes Mellitus tipo 1 (DM1) en Chile, lo que –en palabras simples-, significa la deficiencia absoluta en la secreción de insulina, por lo que son insulinodependientes.

Tras una larga lucha, desde el año 2017 la bomba de insulina tiene cobertura en la Ley Ricarte Soto, sin embargo, hay muchas personas con DM1 que pueden o no cumplir con los criterios para acceder a un tratamiento en forma gratuita incluido los insumos mensuales.

Marcelo González, creador de la Fundación Mi Diabetes y miembro importante de la lucha para que este tratamiento de la diabetes fuera parte de la ley Ricarte Soto, conversó con el Diario El Ovallino respecto a las indicaciones y criterios que deben pasar los pacientes que podrían postular a una bomba de insulina de manera gratuita a través del sistema de salud pública.

El primer paso que señala González es que la bomba de insulina debe tener una indicación médica. “Es una forma más de aplicar la insulina y eso lo decide el médico en base al conocimiento y evolución que puede tener un paciente”.

 “La bomba de insulina es cara, vale 4 millones de pesos y los insumos salen 500 mil pesos al mes, por eso es un tratamiento de alto costo y así entró a la ley Ricarte Soto”, explica Marcelo, agregando que en el caso de realizar el tratamiento de forma particular, “el laboratorio que vende la bomba en Chile, va a pedir una orden médica, un médico que se haga cargo de ese tratamiento (…) la bomba necesita una programación”.

Por lo tanto, el primer paso, es contar con el apoyo del médico tratante el cuál puede ser un endocrinólogo y/o diabetólogo con clave para ingresar a plataforma de postulación. De esta forma, se puede evaluar positivamente el compromiso con el tratamiento y la estabilidad emocional.

A raíz de la campaña que ha surgido en Ovalle por el pequeño Joaquín, Marcelo explica de forma enfática que para cualquier persona que quiera postular –en este caso en la ciudad-, “Primero tienen que ir a un hospital que sí forma parte de la red, donde hay un especialista y comenzar el proceso”.

En el ámbito público el tratamiento para la obtención de una bomba de insulina, González explica que debe pasar por una serie de etapas. “Hay que pasar pruebas con la enfermera educadora de diabetes, la nutricionista y un psicólogo; en el caso de los niños no solo se evalúa al niño, sino al entorno familiar”.

Según el protocolo del Minsal, los criterios para la postulación serían: Contar con un tratamiento intensificado de insulina (1 dosis basal y 3 dosis prandial registro de últimos 3 meses); Microdosis de Insulina: basal entre 0.025 y 0.3 UI/hora y bolos prandiales entre 0.025 y 2 UI;Cuatro o más controles de glicemia capilar al día (registro en el último mes); Cuatro o más episodios en un mes de hiperglicemia sobre 300 mg/dl de causa no precisada en los últimos tres meses; Hemoglobina Glicosilada mayor o igual a 8.0% (últimos 3 meses), y un episodio de cetosis o cetoacidosis de causa no precisada en el último año (comprobada con epicrisis o registro de monitor de cetonemia o cetonuria).

“La bomba es una gran responsabilidad, no es llegar y ponerse una bomba. Ahora en condiciones normales, una persona que ya tiene conocimiento, la bomba a través de la ley Ricarte Soto, se está demorando en el mejor de los casos un mes y medio y en el peor, un año”, sostiene el Marcelo González, quien lleva más de 30 años con esta patología.

Tras la gran comunidad de diabéticos en Chile, González cuenta con una fundación en donde agiliza ciertos conocimientos para quienes padecen esta enfermedad. Mediante la web de la Fundación Mi Diabetes (www.midiabetes.cl), “hemos tratado de ayudar al ministerio o ayudar a otros pacientes para que sepan cómo postular, qué esperar, cuáles son los requisitos”.

 

 

 

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