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Lautaro Carmona
De este modo, se necesitarán de infraestructuras laterales cuyo propósito sea almacenar agua en un corto plazo. Al mismo tiempo, se propone la instalación de desaladoras flotantes.

Por Ricardo Gálvez / Región de Coquimbo 

 

La situación de los embalses es probablemente la imagen más característica de la escasez hídrica que afecta a la Región de Coquimbo. De hecho, según el más reciente informe de la Dirección General de Aguas (DGA), la mayoría de ellos no superan el 5% de su capacidad. 

En esta línea, se ha instalado en la discusión pública la interrogante acerca de si es necesario continuar invirtiendo en este tipo de infraestructura, sobretodo, si no existe agua para acumular. 

Sin ir más lejos, el presidente Gabriel Boric, durante una actividad previa a las elecciones, afirmó que “ya no sirve invertir en embalses cuando no hay cómo llenarlos. Los ecosistemas naturales tienen hoy día un rol que es clave en la filtración, en la cantidad y la calidad del recurso”. 

 

SE NECESITARÁ OTRO TIPO DE INFRAESTRUCTURA 

 

Para el director del Laboratorio de Prospección, Monitoreo y Modelación de Recursos Agrícolas y Ambientales (PROMMRA) de la Universidad de La Serena (ULS), Pablo Álvarez, existen sectores en donde estas infraestructuras ya no tienen sentido.

“Sin embargo, hay otros en donde sí. Por ejemplo, el cambio climático generará ríos más torrentosos, es decir, con crecidas de corto plazo, por lo que vamos a requerir de capacidad para almacenar el agua. No todos los embalses actuales se prestan para ese propósito”, agregó. 

De este modo, el director del Laboratorio PROMMRA señaló que probablemente se necesitarán este tipo de estructuras pero de forma lateral.

“Para regular el recurso hídrico en invierno y tenerlo disponible en primavera o verano. No obstante, proyectar grandes iniciativas como se realizó en la década de los 30 o 70, cuando se pensó en Recoleta o Cogotí, no sería requerido”, complementó. 

Esto, manifestó Álvarez, debido al ascenso de la nieve por cuanto, mientras el cambio climático vaya avanzando, su área de resguardo se hará cada vez más pequeña.  

Cabe destacar que, de acuerdo al Instituto para la mitigación de los efectos del Fenómeno de El Niño (IMEFEN), los embalses laterales tienen una determinada vida útil, que es bastante más larga que la de los frontales. Es así como, dentro de sus ventajas, se puede indicar que sólo ingresa una parte de los caudales líquidos y de sólidos del río, representa una complejidad mucho menor en los aspectos constructivos, además de que tienen obras de desvío más simples. 

 

DESALADORAS “OFF SHORE”

 

A propósito de este tema, el diputado del Partido Demócratas (D), Víctor Pino, ofició al Ministerio de Obras Públicas (MOP) para que se pueda estudiar la factibilidad de implementar desaladoras flotantes. 

“Las desalinizadoras ‘off shore’ son de osmosis inversa, flotantes, desplazables, que no necesitan de una infraestructura territorial para su funcionamiento además de que representan una opción razonablemente prometedora en la lucha contra estas carencias hídricas”, dijo. 

Al mismo tiempo, el parlamentario sostuvo que, a diferencia de los proyectos de infraestructura hídrica convencionales, estas plantas desaladoras pueden ser instaladas y estar operativas en un corto tiempo. Escenario que las convierte en una solución ágil y adaptable a los requerimientos urgentes de abastecimiento de agua.  

 “A diferencia de las desalinizadoras convencionales, las ‘off shore’ minimizan el impacto ambiental en tierra firme. Al situarse en aguas profundas, disminuyen los riesgos de contaminación del suelo y la interferencia con ecosistemas terrestres sensibles, además cuentan con un sistema de generación eléctrica incluida y un control centralizado haciendo sustentable el proyecto y la producción”, añadió. 

Sin embargo, más allá de la escasez hídrica que afecta hace más de una década a la Región de Coquimbo e incluso, la posibilidad de un racionamiento, lo cierto es que no toda la población se encuentra al tanto o cree en este escenario. 

 

EL AGUA NO ES UN RECURSO ILIMITADO

 

Consultado el sociólogo e investigador de la ULS, Cristian Blanco, aseguró que esto pasa por una mejor educación y una concientización frente al problema.

“La autoridad puede generar medidas además de cursos de acción a seguir, pero si no tenemos personas dispuestas a continuar estas instrucciones o medidas paliativas, por mucho que se haga a nivel de nuestras autoridades, poco podrá lograrse. De allí que sea imprescindible que todos nos comprometamos a dar solución al problema y que aquellas instituciones cuya principal función es velar por el bienestar del ser humano o de la sociedad en su más amplio espectro, generen campañas comunicacionales más fuertes, que evidencien las repercusiones  que trae consigo el no disponer de agua, y lo que esto puede generar a la sociedad”, agregó. 

Por último, el sociólogo e investigador de la Universidad de La Serena aseveró que se piensa que el agua es un recurso ilimitado y que jamás faltará. 

“De algún modo, también es una mirada poco holista, integrada, bastante pragmática y limitada, pues no se piensa en el futuro y se quedan con el día a día, ni viendo más allá de lo que se aprecia  a simple vista”, finalizó. 

 

 

 

 

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