• Locutor ovallino cumple 33 años al aire
    Locutor ovallino cumple 33 años al aire
Un nuevo año de vida radial cumple hoy Juan Carlos Vega Ramos, recordado por ser la voz oficial en destacados programas que día a día llegan a los oyentes de la provincia, entre ellos "El correo de la tarde"

Por: Pablo Ignacio Silva

Un año más de vida detrás del micrófono radial cumple hoy el reconocido locutor limarino Juan Carlos Vega Ramos, quien actualmente lleva su voz día a día a través de la Radio América y San Bartolomé para la provincia. Tras su trabajo, en donde hoy celebra 33 años de locución, recuerda sus inicios, los cuales se remontan al año 1982 en la radio AM.

Respecto a sus primeros días como locutor y las ganas que lo motivaron a llevar su voz a las radios del Limarí, declaró que “nace porque admiraba mucho a los señores locutores que realizaban campañas en las radios de los años 80 y el público respondía de una manera increíble para aquellos que necesitaban ayuda. Fue naciendo ese bichito de poder ayudar pero no contaba con la edad para que me dieran la oportunidad en radio y desde ahí que se generan las ganas de estar en la radio y ser solidario. He recibido premios también por lo mismo. Por ejemplo, el año 2003, el consejo municipal del señor alcalde me nominan para que un pasaje lleve mi nombre. El año 2002, precisamente en el mes de abril durante el aniversario de Ovalle, me otorgan un premio como el mejor comunicador social, por lo mismo, por el aporte solidario, por cooperar a la familia del sector rural y todo sin fines de lucro. Siempre iba a gratis a eventos solidarios y eso también me ha mantenido activo durante 33 años y cada día me dan más ganas de trabajar".

Sobre cumplir un nuevo año más de vida laboral en el difícil ámbito radial de regiones, Juan Carlos Vega se mostró “contentísimo al cumplir 33 años en radio, y 31 años precisamente el año pasado del programa que anteriormente se llamaba 'El Correo de la Noche' y ahora es el correo de la tarde por problemas de salud tuve que dejar la noche por casi 24 años trabajando otoños, invierno, primavera, verano, descuidando a la familia, y todo eso de lunes a domingo, hasta que llega un momento de decir, hay que tomarse un descanso pero a veces la situación económica lo obliga a uno a seguir trabajando y lo cual se hace con mucho gusto por estar acompañado a los auditores de todos los años”.

En relación a los recuerdos que se marcaron para siempre el locutor, destaca el de una auditora que producto de su enfermedad anhelaba conocerlo y al momento en que ocurre el evento sísmico en la región el año 1997. “Una de las anécdotas que me ocurrieron hace unos 27 años cuando uno está en el pináculo, cuando todos quieren escuchar, es de una dama que quería hablar personalmente conmigo antes de morir porque tenía un cáncer terminal y había perdido su visión, entonces el deseo de ella era conocerme antes de morir. Imagínese como enfrenta a usted una persona que quería conocerme y quería saludarme porque sabía que iba a morir en unos meses. En ese momento no encontré que decir. Por otra parte, durante el terremoto del 97 estaba en pleno trabajo pidiendo calma. Arriesgué mucho quedándome frente al micrófono, ya que donde estaba el estudio no era una casas solida, después pensando dije podría haber salido a la calle, pero una vez que había finalizado todo”.

Según el destacado hombre de radio, aún tiene mas que entregar frente a su público, por lo cual el retiro es algo impensado. "Me han preguntado si no creo que es el momento de retirarme, pero esa palabra no la conozco. El auditor será quien dirá cuando no me quieran escuchar y uno se da cuenta a través de los llamados telefónicos y sabemos de la sintonía, porque estamos con ellos y somos para ellos. Hablo el mismo idioma de ellos, los cuales permiten también que uno ingrese a su hogar a través de la magia de la radio.

Para finalizar, agradeció el interés constante de los auditores y en especial a sus oyentes más cercanos: su familia, “tengo dos hijas, de 33 y 19 años que no las vi crecer, producto del sistema de trabajo en la radio. Agradecer a ellas, a mi señora esposa. Hoy sé lo que es criar con 3 nietos, ya que ahora estoy con más tiempo y más relajado. El tiempo le va enseñando a uno. Las otras palabras de agradecimientos son para los auditores, para su majestad el auditor o como les digo yo: los amigos invisibles del aire, una frase cliché que tengo hace años y también a los auspiciadores, que si no fuera por ellos, no sé donde estaría trabajando”.

 

 

 

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