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El proyecto se enfoca a que las personas que se encuentran alejadas de una fuente hídrica permanente, como ríos y acuíferos, puedan almacenar agua para tenerla durante el periodo de mayor escasez.

Por Natalie Maturana Muñoz / Punitaqui 

 

En la búsqueda de soluciones tecnológicas para enfrentar la escasez hídrica, el consorcio Centro Tecnológico del Agua “Quitai-Anko” ejecutado por la Universidad de La Serena (ULS) a través del Laboratorio de Prospección, Monitoreo y Modelación de Recursos Agrícolas y Ambientales (PROMMRA), ha estado desarrollando un proyecto para desarrollar la implementación de embalses subterráneos para el abastecimiento de agua en zonas del secano.

Un embalse subterráneo consiste en una obra emplazada en quebradas donde existe escurrimiento del agua durante un evento de lluvia, con el objetivo de almacenar agua en el subsuelo. Este tipo de embalse se construye en la parte alta de la quebrada, donde se produce la mayor cantidad de sedimentos y agua. Sus materiales son gaviones en superficie y una membrana plástica enterrada en el suelo, la cual cumple el rol de barrera subterránea.

Pablo Álvarez, director del consorcio Centro Tecnológico del Agua “Quitai-Anko” y académico de la ULS, explica que “en las zonas áridas, todo lugar donde hay escurrimiento superficial genera un almacenamiento subterráneo en algún lugar de la cuenca. Esa es la razón por la que estamos apostando por los embalses subterráneos como fuente alternativa de abastecimiento de agua para el consumo humano y para el uso productivo de la región”.

Actualmente en Punitaqui se está cumpliendo el quinto año de implementación del proyecto de diseño, implementación, monitoreo y operación de dos embalses subterráneos. Además, se están desarrollando estudios de factibilidad para la instalación de otros en el resto de la provincia de Limarí y en Choapa.

Aldo Tapia, ingeniero agrónomo y director de la línea de desarrollo de Embalses Subterráneos del Consorcio Centro Tecnológico del Agua “Quitai-Anko” explica que “los usuarios finales son los habitantes de zonas rurales y que habitan cerca de quebradas, especialmente en zonas de secano, sin acceso a una fuente de agua superficial continua en el tiempo. Se construye una noria en un sector cercano a la barrera, la cual está protegida para evitar el ingreso de sedimentos y ésta es utilizada para extraer el agua almacenada en el embalse subterráneo mediante una pequeña bomba eléctrica”.

 

¿POR QUÉ EN PUNITAQUI? 

 

El ingeniero agrónomo indica que se eligió Punitaqui como comuna piloto para la implementación de embalses subterráneos, “porque no posee un recurso hídrico superficial permanente. Sólo en ella se emplaza el estero Punitaqui, el cual sólo se activa cuando ocurren eventos de precipitación. Además, por la naturaleza del Código de Aguas, este tipo de obras deben asegurar la no afectación de derechos de terceros, por lo que la selección del sitio de emplazamiento de los embalses subterráneos debe ser cuidadosamente seleccionado”.

 

DESAFÍOS DE LOS EMBALSES SUBTERRÁNEOS 

 

El consorcio Centro Tecnológico del Agua Quitai-Anko surgió a finales delaño 2019, a través de un proyecto presentado al Concurso de Consorcios Tecnológicos para la Innovación de CORFO. Además de ser ejecutado por la ULS cuenta con el trabajo conjunto del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA), Centro del Agua para Zonas Áridas y Semiáridas de América Latina y el Caribe (CAZALAC) y Minera Los Pelambres como asociado. Según indica el director de la línea de desarrollo de Embalses Subterráneos “el gran desafío fue la incorporación de tecnología para el monitoreo, control y operación de estas obras, la cual no estaba presente en los embalses subterráneos existentes”.

Puntualiza que “se decidió crear una línea de desarrollo de telemetría (medición remota) para la fabricación de soluciones tecnológicas para el monitoreo de sistemas de agua, tanto superficiales como subterráneas, de las cuales los Sistema Sanitarios Rurales son hoy nuestro principal usuario”.

 

DIFERENCIAS CON EMBALSES SUPERFICIALES 

 

Pablo Álvarez, director del mencionado consorcio, afirma que “las aguas subterráneas son una fuente alternativa ya que tienen una variabilidad mucho menor, por eso son más estables en el tiempo, porque tienen tiempos de residencia mayor”.

Además puntualiza que “la diferencia del agua que entra y sale de un embalse subterráneo no se manifiesta tan rápidamente como ocurre a nivelde los caudales de los ríos o de los embalses superficiales”.

De acuerdo al último reporte de la Dirección General de Aguas (DGA) los embalses superficiales de la provincia del Limarí presentan los siguientes porcentajes de embalsado en relación a su capacidad máxima: el embalse Recoleta de Ovalle almacena un 1,8%, La Paloma en Monte Patria 1,1% y el embalse Cogotí en Combarbalá registra un 0%. 

 

 

 

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