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Elsa Villegas dejó de existir a los 89 años, producto de una insuficiencia cardíaca. Es recordada en el mundo del básquetbol por integrar diversas selecciones locales y ser campeona en el subcontinente en el año 1960, representando a Chile.

Su familia y cercanos la recordarán por siempre. De manera repentina se fue Elsa Villegas, quien dejó de existir a los 89 años, producto de una insuficiencia cardíaca. Y quien es recordada como un ejemplo y una de las iniciadoras del básquetbol en Ovalle.

Ligada a una familia completamente por el deporte, Elsa junto con su hermana integró diversas selecciones comunales durante la década de 1950, siendo también refuerzo de distintos equipos como Coquimbo, La Serena e incluso Punta Arenas.

Su amor por el deporte fue tan grande y demostró toda su capacidad junto con el balón que su esfuerzo, técnica y sabiduría la llevaron a ser convocada en varias oportunidades a la selección chilena de básquetbol, equipo que venía de ser subcampeón mundial en 1953, en la época dorada del básquet chileno.

Villegas se sumó a la base de ese equipo y disputó diversos torneos internacionales. Fue en 1960 donde consiguió el triunfo deportivo más importante. En 1960 se disputó el campeonato sudamericano de básquetbol, donde Chile se quedó con el primer lugar, siendo la primera ovallina en ser campeona sudamericana en este deporte.

 “Siempre nos relacionamos con el básquetbol, íbamos al Cendyr y estaba lleno, había muchos partidos, era un gran panorama los sábados. Siempre fuimos los nietos de la Elsa Villegas. Ella fue muy fuerte, derecha, honrada, en Ovalle se la conoce por el básquetbol y en todo ese círculo. Mi mamá siguió con su herencia en el básquet, ya que ambas fueron seleccionadas chilenas y nos inculcaron el valor por el deporte muy fuerte. Tenemos mucha admiración por mi abuelita”, cuenta Pilar Angotzi, una de sus nietas, quien continuó su legado en el deporte nacional.

Mercedes Yáñez recuerda sus inicios en la actividad, destacando sus valores deportivos.

“Ella se inició en el básquetbol en la escuela vocacional, fundando el club deportivo Comercial, jugó toda la vida. Es el equipo de toda la familia. Casi nací en la cancha de básquetbol, me llevaban a todos os partidos que ellas jugaban, sufrir con los triunfos apretados, campeonas invitas por 13 años y fue la mejor jugadora, mejor score y mejor deportiva. Nunca reclamó y siempre se dedicó a jugar”, recuerda.

Con los años siguió ligada a la actividad, en la cual fueron sus hijas y nietas las que continuaron con su legado. Mercedes Yáñez, su hija, fue basquetbolista de la U. de Chile y su nieta Ángella Angotzi también fue seleccionada nacional, compitió en el Preolímpico de Canadá en el 2015 y actualmente juega en Grecia.

“Uno nunca piensa que viviremos este momento, lo pensamos eso sí, y que cuando ocurriera se la iba a recordar por mucha gente. La gente más antigua nos decía que éramos los nietos de ella y nos representó muy bien a Ovalle y la ciudad. Cuesta llegar a lo alto en el deporte nacional y ella lo logró”, dice Pilar.

Cada fin de semana, el Cendyr de Ovalle vivía jornadas emocionantes de básquetbol. El público respondía con su masiva asistencia, demostrando que en la ciudad este deporte era del total agrado de sus habitantes.

En esa época se jugaba mucho básquetbol en Ovalle, se llamaban campeonatos zonales en esos años y todas las giras que hacían para el norte se conocían a las hermanas Villegas. Mis hijos sacaron mucho de ella, sobre todo Ángella, muy parecida en el juego, carácter, templanza, luchadora”, dice Mercedes.

El fallecimiento ocurrió este domingo en la madrugada, donde su hijos lloraron la partida repentina de la “abuelita Elsa”, quien inculcó los valores del deporte a sus generaciones venideras.

“Nos quedamos con sus lindas enseñanzas, espíritu positivo ante la adversidad y la vida continúa”, cierra Mercedes.

 

 

 

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